Rutina Simple de 3 Pasos:
Prepara la zona: Elige un área de piel limpia, seca y sin cremas ni exceso de vello (idealmente el brazo, hombro, espalda o abdomen).
Aplica el parche: Despega un parche nuevo y presiónalo firmemente sobre la piel durante unos segundos para asegurar su adhesión.
Actívalo y olvídate: Déjalo actuar durante 24 horas para una liberación continua. Al día siguiente, retíralo y aplica uno nuevo en una zona diferente.
Consejos para Maximizar Resultados:
Rota la ubicación: Cambia ligeramente el lugar de aplicación cada día para prevenir irritaciones en la piel.
Constancia es clave: Úsalo diariamente sin interrupciones para mantener los niveles activos en tu sistema.
Estilo de vida: Aunque el parche trabaja por sí solo, obtendrás los mejores resultados al combinarlo con una dieta balanceada y movimiento regular.